"Nuestras prácticas espirituales de oración, adoración, diálogo santo y obrar por la justicia, por mencionar solo algunas, pueden verse a menudo como ese viaje de pesca. Aun cuando «hacemos todo bien» a veces se siente como volver con las manos vacías. El aprender a pescar, así como el aprender a ser un discípulo, requiere persistencia, buena práctica y un sentido de paz — cualquiera que sea el resultado. Seguimos intentando, con la fe de que aun cuando hemos trabajado fuerte toda la noche y no hemos pescado nada, Jesús está presente con nosotros, proporcionándonos un sentido de propósito en su servicio."
Wednesday, June 29, 2016
Aposento alto
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